martes, 27 de diciembre de 2011

Artículo de Alfonso Calle García en VocesdeCuenca.es

Artículo de Alfonso Calle García en el periódico en línea Voces de Cuenca.

Se trata de una surgencia intermitente con periodos de salida de agua de entre 12 y 25 minutos, transcurridos los cuales cesa para volver a brotar a los 30-90 minutos. Es el nacimiento de un río, pero no solo el lugar donde nace, sino el momento mismo de su nacimiento. La cantidad de agua que arroja en los minutos de máxima avenida es superior a los 1000 litros por segundo conformando un torrente capaz de arrastrarte y ahogarte
Por Alfonso Calle García
Muchos años hace que llevo dudando sobre la conveniencia o inconveniencia de hacer pública la existencia de un fenómeno geológico que existe en la Serranía de Cuenca, en concreto en mi pueblo, Carrascosa de la Sierra, y finalmente pienso que ha llegado la hora de hacerlo porque cualquier riqueza no es tal si permanece oculta y por tanto se desconoce.
El fenómeno geológico consiste en la existencia de una fuente vauclusiana o tamárica en nuestro término municipal que brota en la que, a finales del S. XX hemos dado den llamar Fuente de La Coveta, que brota a escasos 50 metros del nacimiento del arroyo Grande o arroyo del Castillo, y debajo del mencionado castillo que no es sino un castro celtibérico también sin descubrir.
El funcionamiento de La Coveta constituye un fenómeno natural bastante desconocido en España, y concretamente en Castilla la Mancha mucho más por formar parte de esa “España seca” que nos invita a pensar que toda ella lo es cuando La Serranía no es seca y esconde rincones que podrían competir con algunos de Picos de Europa.
Yo que he tenido el sumo placer de observar el fenómeno “in situ” muchas veces, puedo asegurarles que es uno de los tesoros naturales más recónditos, sorprendentes y desconocidos de España y quiero explicárselo.
Se trata de una surgencia intermitente con periodos de salida de agua de entre 12 y 25 minutos, transcurridos los cuales cesa para volver a brotar a los 30-90 minutos. Es el nacimiento de un río, pero no solo el lugar donde nace, sino el momento mismo de su nacimiento. La cantidad de agua que arroja en los minutos de máxima avenida es superior a los 1000 litros por segundo conformando un torrente capaz de arrastrarte y ahogarte.

 Fig 1: La Coveta en periodo de inactividad.

 
Fuente de La Coveta cinco minutos después de su alumbramiento. Obsérvese a la persona vestida de azul junto al nacimiento para hacerse una idea del caudal arrojado.

Se trata de una fuente vauclusiana haciendo refrencia a la fuente de Vaucluse, cerca de Avignon, citada por Petrarca y que suelta intermitentemente 100 m3 de agua por segundo constituyendo el nacimiento del río La Morgue.
Unicamente, y después de investigarlo, tengo conocimiento de dos o tres fenómenos parecidos en España, a los que se ha dado en llamar “Fuentes Tamáricas”, algo muy parecido a fuente vauclusiana, de ahí que aquí la consideremos ambas cosas.
La Fuentes Tamáricas fueron descritas por Plinio el Viejo contándonos su intermitencia y la mala suerte que producía el llegar a verlas y encontrarlas sin agua.
Es abundante la relación de topónimos españoles que contienen la ráiz “tamar” con corrientes de agua, tales como Tamaduste en Santa Cruz de Tenerife, Tamagordas en Asturias, Tamagos en Orense, Tamara en Palencia, Tamaraceite en Las Palmas, Tamarit en Huesca y en Tarragona o Tamajón en Guadalajara, por poner solamente algunos ejemplos. Parece ser que a estas fuentes, Plinio el Viejo las situaba por tierras de los cántabros y es por allí donde existen documentadas las dos únicas de las que tengo noticia junto a otra que parece existir en Tamarit. Las otras dos que conozco son la del presente estudio y otra cercana, la Fuente de la Burlaca en Cañizares (Cuenca) junto al pueblo pero de muy escaso caudal, menos de 0,5 litros por segundo.
Las fuentes documentadas son, además de la de Tamarit de poco caudal, la Fuentona de Ruente relacionada con el río Saja en Santander y la Fuente de la Reana en Velilla del río Carrión de Palencia.
La de Ruente se caracteriza porque a lo largo del S. XX se han contabilizado que han sido 13 las veces en las que la Fuentona ha dejado de manar agua durante periodos de dos a cuatro horas, tiempo que aprovechan los vecinos para salir con canastas y cestas a pescar los peces que quedan varados en los charcos en ausencia de corriente. Es decir el fenómeno se produce en una media de una vez cada 8 años, por lo que su intermitencia es relativa y en cualquier caso bastante alejada de las características de la mencionada fuente de Vaucluse, cerca de Avignon.
La otra es la Fuente de la Reana de Palencia que mana seis o siete veces en una hora, con un caudal muy inferior (menos de la quinta parte) al arrojado por la Coveta de la Sotarraña de Carrascosa.
No me quiero alargar más con este tema que por si solo daría para una extensa exposición, únicamente decir que las dos referidas, siendo muchísimo menos espectaculares que la nuestra, están declaradas como Monumento Histórico Nacional en el caso de La Reana desde el 9 de mayo de 1.961, y Punto de Interés Geológico Nacional en el caso de la de Ruente, mientras que la Coveta de la Sotarraña ubicada bajo un clarísimo castro celtibérico con restos de muralla que se pueden ver en el libro: “La Cuenca del Guadiela. Una mirada emocionada” del que soy coautor, no solo no está declarada como monumento de ningún tipo sino sin ni siquiera catalogar.



Fig 3: Muralla celtibérica del Castro de La Sotarraña.

Haciendo caso al dicho, al que me adhiero, de que “España es de los españoles”, solamente pretendo poner en el conocimiento de todo aquel que tenga interés por saberlo, la existencia de esta singularidad en nuestra tierra porque así algunos, tal vez, tengan la oportunidad de disfrutar, como yo he hecho tantas veces, de un espectáculo que la tierra nos ofrece de forma gratuita.
Como final, quiero advertir que este fenómeno no se produce de forma permanente, sino únicamente cuando la zona está saturada de agua o lo que es lo mismo en periodo de fuertes lluvias o de deshielo, cuestiones ambas que dan lugar a que se produzca todos los años durante algún periodo de tiempo y en algunos más en más de uno.

Carrascosa de la Sierra, a 27 de diciembre de 2.011